Este modelo permite establecer un negocio bajo el paraguas de una marca, que transmite su experiencia y ofrece asesoramiento para garantizar la rentabilidad.

La apertura de un negocio es, en sí misma, una operación de riesgo donde la experiencia es un claro factor de éxito. El sistema de franquicias se presenta como una fórmula compartida para aterrizar en el mercado con ciertas garantías, según las conclusiones del evento Franquicias, un futuro de oportunidades, organizado por EXPANSIÓN y Actualidad Económica en colaboración con Eroski y la Asociación Española de Franquiciadores.

«Durante la crisis el gobierno de la franquicia ha demostrado su fortaleza y ha puesto de relieve su capacidad de adaptarse a situaciones complicadas». Con estas palabras inauguró el debate Manuel del Pozo, director adjunto de EXPANSIÓN, que apuntó al «esfuerzo conjunto de franquiadores y franquiciados» como la fórmula para hacer frente a las dificultades del mercado.

El mercado de la franquicia está liderado por el sector de la Alimentación, que ocupa el 18% de establecimientos, el 38% de facturación y un 25% del empleo total, según datos extraídos del Informe La Franquicia en España 2016, de la Asociación Española de Franquiciadores (AEF). «Es un momento importante porque la situación económica va despertando y el mercado de la alimentación es el más estable dentro del consumo, lo que hace que la franquicia en este sector sea muy interesante», destacó Antonio Infante, director de Expansión de Franquicia de Eroski.

El presidente de la AEF, Xavier Vallhonrat, definió la gran ventaja competitiva de este mercado: «Todos los sectores cumplen ciclos, más largos o más cortos, como la compra de oro o los cigarrillos electrónicos, pero el ser humano no es capaz de sustituir las tres comidas diarias y ahí el sector alimentación juega sobre seguro». Esta seguridad puede presentarase como una fórmula atractiva de autoempleo o una solución ante la escasez laboral, pero Vallhonrat marcó una línea roja: «Estar en paro no es condición para ser franquiciado, hace falta tener espíritu»; sentenció, poniendo un ejemplo: «No puedes pasarte cuarenta años en un entorno y luego montar un bar, a menos que lleves todo ese tiempo soñando con hacerlo. Ahí esta la diferencia».